Rincón de la familia

Por: William Cardona Arias

¿Sabes… qué es la iglesia?
Cuando se hace esta pregunta, algunos hermanos católicos de manera rápida responden lo siguiente: Es donde vive el padre, es un edificio muy grande, es donde voy a la Eucaristía, es el templo, en fin… las definiciones peden seguir y variar de acuerdo al conocimiento o experiencia que se tenga. El problema es que estas respuestas no nos sirven para nada, puesto que la definiciión de Iglesia parte de dos palabras claves que se llaman BAUTISMO Y COMUNIDAD.
Pues bien, la Iglesia somos todos aquellos que despúes de recibir el Bautismo -no importa la edad-comenzamos hacer parte de una comunidad que por siglos lleva como soporte el proyecto de Jesús: amar y servir a Dios y al prójimo. Con el paso del tiempo, los sacramentos te van adhiriendo a este objetivo, de tal manera que con el transcurrir de los años, se crece en edad pero tambien en comunidad. Es decir, según la edad que tienes, esos serían los años que llevas amando y sirviendo a la comunidad. Ahora, preguntémonos: Amo a Dios?, amo a mi prójimo?, sirvo a la comunidad?, hago parte de algún ministerio de la parroquia?
Si la respuesta es sí, es porque usted entiende muy bien lo que significa Iglesia, ama a Dios que se manifiesta en su prójimo legal o ilegal, colabora con aquellas actividades que la parroquia ofrece en cada mes, es conciente que su ofrenda es importante para el sostenimiento y expansión de sus servicios, hace parte de un ministerio donde usted es la imagen de Jesús cuando saluda, proclama la lectura, distribuye la comunión o forma a través de la catequesis. Pero si la respuesta fue no, preocúpese amigo católico, porque su talento, su carisma, sus cualidades que deberían estar al servicio, usted los está enterrando.
No es tarde, estamos a tiempo para comenzar a explotar al máximo cada uno de nuestros dones que el Señor nos ha regalado y que por falta de conocimiento, negligencia o ignorancia no lo hemos hecho. Puedes acercarte a tú parroquia y recibir la información que necesitas para integrarte a los grupos que sirven a Dios y al proíjimo a través de los ministerios. Te aseguro que tienes el talento y la capacidad para fortalecer el grupo de personas que cada fin de semana tú ves en la parroquia y que por años llevan prestando de manera desinterezada este servicio.
Pidámosle a Jesús Resucitado la fuerza necesaria para seguir o comenzar en aquello que se llama comunidad, puesto que de esta manera estamos contribuyendo en el fortalecimiento de la Iglesia. Así que cuando te pregunten ¿qué es la Iglesia? Tú, no solamente puedas responder, sino tambien, compartir la experiencia de fe.

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