El rincón de la familia: ¿Nuestros hijos tienen demonios?

El Evangelio de San Mateo nos trae el pasaje bíblico de aquella mujer cananea que desesperadamente seguía a Jesús para que el Maestro pudiera curar a su hija del demonio que llevaba dentro. Después del diálogo entre estos dos personajes, Jesús quedó tan sorprendido con la fe de esta mujer que le aseguró a ella que todo lo que pida se le dará, de manera especial la curación de su hija.
Este Evangelio nos puede llevar a reflexionar sobre aquellos demonios que tal vez nuestros hijos tienen y nosotros por cuestiones de trabajo, obligaciones personales o tiempo dedicado al bar o a las compras no nos damos cuenta. Estos demonios están a la espera de aquellos hijos que viven solos, que no tienen comunicación, que no son apoyados, que no son motivados, que no son queridos, que no son tenidos en cuenta, que no son nada porque sus padres lo hacen sentir así; pero,cuáles podrían ser esos demonios que rondan a nuesros hijos?
Por cuestión de tiempo, resaltaremos los tres grandes demonios que estan a la espera del descuido de aquellos padres irresponables para entrar al hogar:
• Demonio del materialismo: Cuando nosotros como padres de familia pretendemos comprarle todo a nuesros hijos (juegos, ropa muy costosa, carros, celulares de última tecnología, darles mucho dinero o pagarles todos sus caprichos), pensando que de esta manera le demostramos a ellos el amor que les tenemos. Tal vez ellos estarían más felices si diéramos amor y confianza que cosas materiales.
• Demonio del facilismo: Cuando nosotros como padres de familia no les permitimos que nuestros hijos colaboren en la casa con las obligaciones básicas (colaborar con el aseo del cuarto, de la cocina, de la ropa, del jardín) pensando que ellos no deberían de hacerlo por ser menores de edad o porque tienen muchas tareas en la escuela. Tal vez ellos cuando sean gandes y vivan solos agradecerán el haber aprendido a cocinar porque así no se morirán de hambre y no serán esclavos de las comidas rápidas y precocidas.
• Demonio de la falta de reglas: Cuando nosotros como padres de familia no somos claros o no tenemos reglas en la casa (llegadas en las noches, horario para cenar o jugar, tiempo para la diversión y el trabajo) pensando que ellos no nos querrán porque les estamos exigiendo. Tal vez ellos estarían más seguros y felices en el hogar cuando hay claridad en las reglas, porque de esta manera conocen sus derechos y deberes con la familia.
Es el momento de pedirle Jesús para que él nos ayude a liberar estos demonios que rodean a nuestros hijos, pero también es el momento de colocar de nuestra parte para que como la mujer cananea, seamos curados por la fe que poseemos.

William Cardona wcardona1703@hotmail.com BLOG: ministeriohispanocatolico.blogspot.com/2010/02/formacion.html

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