Soluciones para lucha contra enfermedades no transmisibles

La OMS ayuda a los países de ingresos bajos y medios a reconocer intervenciones de bajo costo que puedan ayudar a atajar las enfermedades no transmisibles

Un nuevo estudio efectuado por la Organización Mundial de la Salud revela que los países de ingresos bajos podrían aplicar un conjunto básico de estrategias para prevenir y tratar el cáncer, las cardiopatías, la diabetes sacarina y las neumopatías por tan solo US$ 1,20 por persona al año.

«Las enfermedades no transmisibles son la causa principal de muerte en el mundo, y cada año matan a más personas. Casi el 80% de estas defunciones se producen en los países de ingresos bajos y medios», dice el doctor Ala Alwan, Subdirector General de la OMS para Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental. «El problema con el que se enfrentan estos países es enorme, pero esta investigación demuestra que todos los gobiernos pueden adoptar medidas asequibles para luchar contra estas enfermedades.»

Una de las peores amenazas para el desarrollo económicos del mundo
Las repercusiones de las enfermedades no transmisibles rebasan el campo de la sanidad, pues tienen efectos socioeconómicos pasmosos. La inacción frente a esta amenaza mundial ya se ha cobrado un precio enorme que solo se incrementará con el paso del tiempo.

«Las enfermedades no transmisibles son una de las peores amenazas para el crecimiento y el desarrollo económicos del mundo. En los próximos 15 años, le costarán más de US$ 7 billones a los países de ingresos bajos y medios», afirmó hoy el señor Jean Pierre Rosso, Director Gerente del Foro Económico Mundial, al dar a conocer los resultados de un estudio del Foro y la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Harvard. «Cuando una buena parte de la fuerza de trabajo enferma y muere en la edad productiva, las economías nacionales pierden miles de millones de dólares de producción. Y millones de familias son empujadas a la pobreza.»

Intervenciones de bajo costo
El estudio de la OMS tiene la finalidad de ayudar a los países de ingresos bajos y medios a reconocer intervenciones de bajo costo que puedan ayudar a atajar las enfermedades no transmisibles y reducir la carga económica que imponen. Las intervenciones tienen que ser muy rentables y se deben tener pruebas científicas sólidas de que previenen las enfermedades y salvan vidas.

Se incluyen en la lista medidas que van dirigidas al conjunto de la población, como la aplicación de impuestos indirectos al tabaco y las bebidas alcohólicas; la prohibición de fumar en los lugares de trabajo y públicos cerrados; el suministro de información y advertencias sanitarias; y la realización de campañas para reducir el contenido de sal de los alimentos y sustituir las grasas trans con grasas poliinsaturadas, así como los programas de sensibilización sobre el régimen alimentario y la actividad física.

Otras tácticas van dirigidas a las personas en forma individual, como el tamizaje, el asesoramiento y la farmacoterapia de las personas aquejadas de enfermedades cardiovasculares o con alto riesgo de padecerlas; el tamizaje del cáncer cervicouterino; y la vacunación contra la hepatitis B para prevenir el cáncer hepático.

Muchos países han adoptado estas medidas y han comprobado una disminución acentuada de la incidencia y la mortalidad por estas enfermedades. A lo largo de 10 años, la OMS siguió los progresos de 38 países que habían adoptado medidas para hacer frente a las enfermedades cardiovasculares tanto a escala colectiva como individual: todos ellos registraron una disminución considerable de la exposición al riesgo, la incidencia y las defunciones..

Salvar millones de vidas
«El nuevo instrumento ayudará a los países de pocos recursos a determinar cuáles son las “mejores inversiones” y cuánto costarán», comenta el doctor Alwan. «Su aplicación salvará literalmente millones de vidas en los próximos 15&nsbp;años.»

Para confeccionar el instrumento la OMS consideró cinco elementos fundamentales: el número de habitantes; la magnitud de la carga de la enfermedad; la proporción de los habitantes que se beneficiarían de las estrategias; los recursos necesarios (humanos, medicamentos, tecnología); y el costo unitario, por ejemplo de sueldos y medicinas. No se incluyó ninguna intervención que costara más de US$ 0,50 por persona al año.

El costo total de la implantación de estas estrategias por los países de ingresos bajos y medios sería de US$ 11 400 millones por año.

US$ 0,20 por persona al año
Brindar acceso a intervenciones dirigidas a la población en todos los países de ingresos bajos y medios costaría en total US$ 2 000 millones por año. Ello equivale a menos de US$ 0,20 por persona al año en los países de ingresos bajos y de ingresos medios bajos, y a alrededor de US$ 0,50 por persona al año en los países de ingresos medios altos.

Brindar acceso a las intervenciones individuales más rentables contra las enfermedades no transmisibles cuesta aproximadamente US$ 10 000 millones al año para los países de ingresos bajos y medios. En el periodo 2011-2015, el costo anual por persona será: de US$ 1 en los países de ingresos bajos; de US$ 1,50 en los de ingresos medios bajos; y de US$ 2,50 en los de ingresos medios altos.

Los países de ingresos altos gastan en salud US$ 4 billones al año. Tan solo los Estados Unidos de América gastan US$ 2 billones al año.

En la actualidad, las enfermedades no transmisibles —como las cardiopatías, los accidentes cerebrovasculares, los cánceres, la diabetes y las enfermedades respiratorias crónicas— representan más del 63% de las defunciones en todo el mundo. Cada año, estas enfermedades matan a 9 millones de personas menores de 60 años, y el 90% de estas muertes prematuras ocurren en los países de ingresos bajos y medios.

Los días 19 y 20 de septiembre, los líderes del mundo participan en la reunión de alto nivel de las Naciones Unidas sobre las enfermedades no transmisibles en Nueva York con miras a establecer un nuevo programa internacional de acción para hacerles frente.

Una intervención muy rentable o costo-eficaz es la que agrega un año de vida saludable por un costo inferior al ingreso anual medio o producto interno bruto por persona en el país o región de que se trate. Por ejemplo, en la India el ingreso anual medio por persona ronda los US$ 1000. Una intervención que diera por resultado un año adicional de vida saludable por un costo menor se consideraría sumamente costo-eficaz.

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