Receta de una tradición muy mexicana

Este pan ligeramente dulce conmemora el 2 de noviembre como el Día de los Muertos en México.

Todas las culturas tienen alguna manera de celebrar la muerte. No la muerte entendida como fin natural de la vida, sino mas bien como el paso de una etapa a otra. En México, esta celebración es la festividad del Día de los Muertos.

En estos días, todas las casas y muchos negocios se engalanan para rendir honores a los que ya no están físicamente pero que, sin lugar a duda, permanecen en el recuerdo. Desde el día 31 de octubre comienzan las labores de limpieza y decoración para que, el primero de noviembre ya esté todo listo y comenzar la festividad. El primero de noviembre se honra a los niños y jóvenes fallecidos, en concordancia con la celebración católica del Día de los Inocentes. El día dos de noviembre es la celebración que rinde culto a los adultos fallecidos.

La celebración en estas fechas de noviembre se remonta a fines del siglo XVIII en México pero el culto a la muerte está muy arraigado en esta cultura desde hace miles de años. Los aztecas y otros grupos indígenas conservaban cráneos de sus héroes y también de líderes de los grupos perdedores en las batallas.

En estas celebraciones actuales, las ofrendas se multiplican y cada altar muestra calaveras de azúcar, prendas, artículos de uso diario y por supuesto, el Pan de muerto.

 El Pan de muerto, nuestra receta de hoy, es una de las ofrendas más deliciosas y pintorescas de esta festividad mexicana. La preparación es fácil y obedece a la de cualquier pan. Hay que trabajar mucho con la harina y darle tiempo a la masa para que respire.

El Pan de muerto no es una receta para salir del paso. Aunque es fácil, lleva su tiempo de preparación pues la masa debe reposar primero unos veinticinco minutos al mezclarla con la leche y el azúcar. Luego, cuando agregue los huevos y otros ingredientes, deberá reposar unas dos horas. Y por último, cuando ya haya moldeado el pan y colocado los huesitos de decoración, deberá reposar otra hora más antes de colocarla en el horno.

Pero créame que todo este tiempo vale la pena pues el pan de muerto, no sólo es una receta que se prepara en una festividad sino también es un plato que permite mucha imaginación, en los colores, en la forma, en la decoración con otras piezas de masa.

En México, el Pan de muerto es ofrenda fundamental en este Día de los Muertos. Pero también se sirve como uno de los platos esenciales para comer ese día. Es un plato que llega a la mesa para ser admirado pues todos quieren saber cómo quedó, qué forma tiene, qué colores lo engalanan. A veces hasta da pena arrancarle un pedazo, pero no se preocupe, como toda obra culinaria su destino es agradar el paladar de los invitados. Con esta receta no se equivocará.

Rinde de 10 a 12 porciones

Ingredientes

¼ taza de mantequilla

  • ¼ taza de agua tibia
  • ¼  taza de leche 2%
  • 2 cucharaditas de levadura
  • ½ cucharadita de sal
  • ¼ taza de azúcar blanca granulada
  • 3 tazas harina sin preparar
  • 2 claras y 3 yemas de huevo
  • 2 cucharaditas de extracto de naranja
  • 1 cucharada de vainilla
  • Ralladura de una naranja

Glaseado

  • 2 yemas
  • ¼ taza de azúcar blanca

Decoración

  • 1 cucharada de azúcar de color roja
  • 1 cucharada de azúcar de color amarillo

Preparación

Caliente el horno a 350 ºF.

  1. Caliente la leche y la mantequilla en una cacerola mediana hasta que la mantequilla se derrita. Retire del fuego. Añada el agua tibia (a 110 ºF) y la levadura y mezcle bien.
  2. Vierta esta mezcla en un tazón de cristal. Añada sal y azúcar e incorpore bien. Agregue una taza de harina y mezcle hasta que quede una masa uniforme. Cubra con papel de aluminio y deje reposar aproximadamente 25 minutos en un lugar tibio.
  3. Vierta la mezcla en una batidora de pie con gancho para pan y revuelva. Agregue las dos claras y las tres yemas de huevo, el extracto de naranja, la vainilla y la ralladura de naranja.
  4. Añada las dos tazas de harina restante, poco a poco (½ taza a la vez), formando una bola que se irá despegando de las paredes de la batidora. La masa deberá estar suave.
  5. Coloque la masa en un recipiente ligeramente engrasado, cúbrala con plástico y déjela reposar en un lugar tibio de 1 a 2 horas hasta que aumente al doble de su tamaño.
  6. Desenvuelva la masa. Aplástela con un puño para sacarle el aire y darle forma redonda, creando un botón en el centro y adórnela con motivos alusivos al Día de Muertos, como por ejemplo, huesitos. Cúbrala de nuevo con plástico y déjela reposar una hora más o hasta que alcance el doble de su tamaño.
  7. Mezcle las yemas de huevo y el azúcar para el glaseado.
  8. Quite el plástico y coloque la masa en una bandeja de hornear. Barnice la superficie con el glaseado. Hornee aproximadamente 45 a 55 minutos. Retire del horno y espolvoree con el azúcar de colores siguiendo su diseño favorito.

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