Una buena educación es tarea de todos

La cortesía, el  respeto y el amor no es una prenda para un día de fiesta o para presentarse a las visitas, es una forma de vida. Ser educado significa considerar al prójimo y respetarlo.

¿Qué  desagradable y triste es encontrarse con niños, jóvenes y hasta personas mayores  que no muestran  el más mínimo ápices de educación?  Desafortunadamente esta situación la enfrentamos a diario, ya sea en el mercado, la consulta médica y hasta en la propia casa.

Cuando se habla de educación no nos  referimos a la escolaridad o estudios realizados, sino a los buenos modales. De todos es sabido que la educación no depende de la situación económica, sino de la forma de vida y comportamiento de cada persona.

La buena educación es una de las forma de mostrar amor y respeto hacia los demás. Es la traslación a la sociedad del “Amarás al prójimo como a ti mismo”, es una exigencia para hacer la convivencia amable con todo el mundo, con él que nos agrada y con él que no también.

Tener educación es conocer y aplicar una serie de reglas educativas que permiten la convivencia  humana y ésta a su vez hace la vida más agradable.

La sensibilidad y simplicidad son  necesarias para aplicar las reglas de conductas y los hábitos de buena educación y empieza por el respeto a los seres más cercanos: hijos, amigos, esposa, esposo, empleados y compañeros de trabajo,  entre otros.

Hay solo dos palabras mágicas que encabezan el código de la buena educación: “por favor” y “gracias”. Pero, ¿dónde están?, ¿se perdieron?, ¿no las aprendieron? o ¿se les olvidaron? Estas frases  no se aprenden ni la escuela, ni la universidad, ni en libros; éstas  solo se adquieren en la casa.

Si los padres no son educados y no practican las reglas básicas de la educación es imposible que los niños lo sean. De la misma  manera que se le enseña a un niño a decir mamá y papá, hay que inculcarle las frases “por favor”  y “gracias”, de esta forma los ayudaremos a conducirse en la vida familiar, laboral y social.

Recuerden que: Ser educado implica comportamiento y elegancia a toda hora, en toda circunstancia. La cortesía, el respeto, y el amor al prójimo  no es una prenda para un día de fiesta, o para presentarse a las visitas, es una forma de vida.