Profecías Mayas: renacer en el tiempo

Los mayas provocan fascinación por haber construido imponentes ciudades, con soluciones arquitectónicas novedosas, como la bóveda y las más altas pirámides de Mesoamérica; y por haber desarrollado un corpus matemático, una compleja escritura jeroglífica y un sistema de medición del tiempo que aunaba el calendario solar de 365 días con mediciones astronómicas enormemente precisas para tan rudimentarios medios.

No es extraño, los mayas desarrollaron una civilización con todos los componentes para iluminarse desde el mito y la leyenda.

La civilización maya desapareció misteriosamente en medio de la selva, sin que ninguna de las causas propuestas para su fin tenga suficiente coherencia para abarcar a todo el espacio maya (sur de México, Belice,  El Salvador, Guatemala y Honduras). Nunca fue un imperio, sino un conjunto de feudos independientes con estrechos vínculos entre sí.

La importancia del movimiento producido a partir de la revelación de los textos mayas es tan grande, que el conjunto de creencias relacionadas con ellos tiene una categoría específica como pseudo ciencia, el mayanismo. El término, acuñado en Estados Unidos, se refiere a una colección ecléctica de creencias relacionadas con la New Age, los milenaristas, la Era de Acuario, etc. influida por la mitología y la cosmovisión de la cultura maya.

La literatura mayanista generada alrededor de la idea de “las edades del mundo” sienta sus bases en el Popol Vuh, el texto sagrado maya, donde se afirma que ellos vivían en el cuarto mundo tras la existencia fallida de otros tres. Este cuarto mundo se inició el 11 de agosto del año 3114 a.C. y finaliza el 21 de diciembre de 2012. Sobre esta base, Michael D. Coe afirmó en 1966, que “hay una sugestión… sobre que el Armagedón podría tomar el control de la gente degenerada del mundo y toda creación en el día final del decimotercer b’ak’tun. De esa manera, nuestro universo actual podría ser aniquilado cuando el gran ciclo de la Cuenta Larga maya alcance su fase completa”.

Otros profetas del mayanismo advierten sobre la existencia de un agujero negro en el centro de nuestra galaxia, que atrae energía, materia y tiempo, el cual se abrirá durante el solsticio de invierno de este año por primera vez en 26000 años, rompiendo el equilibrio del sistema solar debido a una singular alineación del Sol con el plano de la Vía Láctea.

Hay mayanistas que sostienen que las enormes erupciones solares alcanzarán su cenit en el 2012, lanzando hacia la Tierra una cantidad extraordinaria de partículas. Se modificará el eje magnético de nuestro planeta y las consecuencias serán nefastas.

Otros relacionan el cambio climático y la enorme variedad de desastres naturales que hemos vivido últimamente con todas estas circunstancias para vaticinar el fin de nuestra cultura. Mackenna y en el ámbito hispano, Fernando Torres, han difundido las llamadas 7 profecías mayas, sobre la base de la “onda de tiempo cero”, una fórmula numerológica que intenta calcular el incremento de las interconexiones del universo o la complejidad organizada sobre la base de la secuencia del I Ching.

Hay incluso quienes han ido más lejos y han descrito la colisión de un planeta llamado X o Nibiru con la Tierra; o bien, tras señalar los vínculos de los mayas con los extraterrestres y otros habitantes de continentes perdidos, como la Atlántida, anticipan la llegada de naves alienígenas de diez kilómetros de longitud invadiendo la Tierra.

Hay decenas de teorías, hasta la misma NASA creó una página web de apoyo sobre este asunto, “pregunte a un astro-biólogo”, en 2007 que ha recibido más de 10.000 preguntas, muchas de las cuales solicitan información sobre las medidas de protección frente al cataclismo e incluso sobre las formas más convenientes de suicidarse. Pero los mayas no predijeron nada de esto.

Para ellos el tiempo no era abstracto, como pensamos nosotros, sino un movimiento cíclico infinito que implica un futuro ya pasado y un pasado por venir, la existencia de una serie infinita de mundos y el eterno retorno. La profunda interacción entre el hombre y la naturaleza determinaba la idea de la totalidad, por lo que sus gobernantes la utilizaban para vincularse con hechos ocurridos y por ocurrir. Y de esa manera, legitimar su poder temporal ante sus contemporáneos.

La predicción maya contempla para el 21 de diciembre de 2012, coincidiendo con el fin de su calendario de cuenta larga (que abarcaba 5125 años), un cambio de ciclo de creación, o dicho con otras palabras, la regeneración completa del cosmos y el inicio de una nueva época. Los astrónomos y arqueólogos insisten en la refutación de las teorías mayanistas, argumentando que ellos jamás mencionaron que se vaya a acabar el mundo ni el tiempo, como prueban, por ejemplo, los textos mayas con referencias a fechas tan posteriores a 2012 como el año 4772.

No obstante, se mantiene la posibilidad de una nueva era que quizás coincidirá con el solsticio de invierno del próximo año. Una nueva era basada en principios como el respeto al medio ambiente, la solidaridad, el reparto equitativo de la riqueza, la integración socio política del mundo, la superación de la división del mundo entre norte y sur, etc. Es decir, se comenzará a vislumbrar el inicio de la solución a todas las aspiraciones fallidas de la humanidad. Los pesimistas, los que consideran que la tierra es maligna y la sociedad irrecuperable, piensan lo contrario. La verdad la sabremos a finales de este año.

Por ahora la curiosidad atrae a miles de turistas a visitar los vestigios Maya.

www.visitmexico.com

 

 

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