Novena al Divino Niño

Divino Nino

Novena Bíblica al Divino Niño Jesús

Credo

Creo en Dios Padre Todo Poderoso, creador del cielo y de la tierra

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por

obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo

el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a

los infiernos, al tercer día resucito de entre los muertos, subió a los cielos y

está sentado a la derecha de Dios Padre Todo Poderoso, desde allí ha de juzgar a vivos y

muertos.

Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Católica, la comunión de los

santos, el perdón de los pecados, la resurrección de los muertos, y la vida

eterna del cielo, Amén.

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén

Oración para todos los días

(Est. 13, 1s)

Señor Dios, rey omnipotente; en tus manos están puestas todas las cosas. Si

quieres salvar a tu pueblo nadie puede resistir a tu voluntad, Tú hiciste el

cielo y la tierra y todo cuanto en ellos se contiene, Tu eres el dueño de todas

las cosas. ¿Quién podrá pues resistir a tu majestad? Señor, Dios de nuestros

padres: ten misericordia de tu pueblo porque los enemigos del alma quieren

perdernos y las dificultades que se nos presentan son muy grandes. Tu has

dicho: “Pedid y se os dará. El que pide recibe. Todo lo que pidáis al Padre en

mi nombre os lo concederá. Pero pedid con fe”. Escucha pues nuestras

oraciones. Perdona nuestras culpas. Aleja de nosotros los castigos que

merecemos y haz que nuestro llanto se convierta en alegría, para que

viviendo alabemos tu santo nombre y continuemos alabándolo eternamente

en el cielo. Amén.

Oración a la Santísima Virgen

Acuérdate, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que

alguno de cuantos han acudido a tu protección e implorado tu socorro, haya

sido abandonado de tí. Animados por esta confianza a tí acudimos, y

aunque agobiados bajo el peso de nuestros pecados nos atrevemos a

implorar tu favor, pues eres abogada de los pecadores y auxilio de los

cristianos.

No deseches, oh madre de Dios, nuestras humildes súplicas, más bien,

alcánzanos el perdón de nuestros pecados, luz y acierto para hacer una

buena confesión de todos ellos, virtud para conservar siempre la gracia de

Dios y con tu auxilio conseguir nuestra eterna salvación.

Y, si conviene para el bien de nuestras almas, te pedimos los siguientes

favores (cada uno pida las gracias que desea) y deseamos, que en todo se

cumpla la voluntad de Dios. Amén.

Día primero

La Anunciación

(Lectura del Santo Evangelio: Lucas 1,26s)

Fue enviado el ángel Gabriel de parte de Dios a

una ciudad de Galilea llamada Nazaret a una

virgen desposada con un varón llamado José,

de la casa de David; el nombre de la virgen era

María. Y presentándose a ella le dijo: “Salve,

llena de gracia, el Señor está contigo”. Ella se

turbó al oír aquellas palabras y se preguntaba

qué podía significar aquella salutación. El

ángel dijo: “No temas María, porque has

hallado gracia delante de Dios y concebirás y

darás a luz un hijo a quien pondrán por

nombre Jesús. El será grande y llamado Hijo

del Altísimo y le dará el Señor Dios el trono de

David, su padre. Dijo María al ángel: “¿Cómo podrá ser esto, pues no

conozco varón?” El ángel le contestó: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la

virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, y por eso el hijo engendrado

será santo, será llamado Hijo de Dios”. Dijo entonces María: “He aquí la

esclava de Señor, hágase en mi según tu palabra”. Palabra de Dios

Ejemplo – Como descubrió el Padre Juan de Rizzo la devoción al Niño

Jesús

Ejemplo

En el año 1914 estaban los Padres Salesianos construyendo un gran templo en

Barranquilla en el Barrio del San Roque, de gente muy pobre. El Padre

Superior mandó al Padre Juan a que fuera por la ciudad a pedir limosna para

la construcción del templo, pero era tal la vergüenza que sentía el Padre del

Rizzo por pedir limosna que volvió sin haber recogido ni un solo centavo

porque no se atrevió a pedirle a nadie.

Al día siguiente el superior lo volvió a mandar a pedir limosna y entonces

nuestro sacerdote lleno de angustia fue a arrodillarse ante la imagen de

María Auxiliadora, y levantando los ojos vio al Niño Jesús que estaba en los

brazos de la Virgen sonriéndole y con los brazos abiertos como diciéndole:

“Llévame contigo que quiero acompañarte en tu viaje”. El padre entonces se

puso a pensar: “hasta ahora solamente he pedido favores a la mamá, María

Santísima, que es muy poderosa y me ayuda muchísimo sin embargo,

es una criatura, ¿por qué no hago en ensayo de pedirle al Hijo que es Dios? Y

le encomendó al Niño Jesús con toda su alma que le concediera el valor para

salir a pedir para el templo”. Sintió entonces una oleada de valor por todo su

ser y salió a la calle y recogió una buena cantidad de ayudas para la

construcción. En adelante recibió tal valentía para pedir a favor de las obras

de Dios, que necesitaba tener siempre entre manos alguna obra de

beneficencia para hallar ocasión de pedirle ayuda a la gente.

Y desde aquel día para el Padre Juan del Rizzo no hubo sino un gran amor

en la tierra: El Niño Jesús. De Él hablaba. Por Él trabajaba, y por propagar

su devoción agotó su vida y todas sus energías.

Creemos que ahora en el cielo estará recibiendo el maravilloso premio que

Jesucristo prometió a sus amigos cuando dijo: “Al que me proclame ante la

gente de esta tierra, Yo le proclamaré ante Dios y los Ángeles del cielo.

Práctica: Propagaré la devoción al Divino Niño Jesús repartiendo

Novenas, estampas o Consagración del Hogar o narrando los favores

que Él me ha concedido.

Gozos

Oh Divino Niño

mi Dios y Señor

tú serás el dueño

de mi corazón.

Niño amable de mi vida

Consuelo de los cristianos

La gracia que necesito

Pongo en tus divinas manos

Oh Divino Niño

mi Dios y Señor

tú serás el dueño

de mi corazón.

Tú qué sabes mis pesares

Pues todos te los confió

Da la paz a los turbados

Y alivio al corazón mío

Oh Divino Niño

mi Dios y Señor

tú serás el dueño

de mi corazón.

Y aunque tu amor no merezco

No recurriré a ti en vano

Pues eres Hijo de Dios

Y consuelo del cristiano

Oh Divino Niño…

Acuérdate o Niño Santo

Que jamás se oyó decir

Que alguno te haya implorado

Sin tu auxilio recibir

Oh Divino Niño …

Por eso con fe y confianza

Humildes y arrepentidos

Llenos de amor y confianza

Tu protección te pedimos

Oh Divino Niño

mi Dios y Señor

tú serás el dueño

de mi corazón.

Oración al Divino Niño Jesús

(Para todos los días)

Acuérdate oh dulcísimo Niño Jesús que has dicho: “Todo lo que queráis

pedir, pedidlo por los méritos de mi infancia y nada os será negado”. Si

queréis agradarme, confiad en mí. Si queréis agradarme más, confiad más.

Si queréis agradarme inmensamente, confiad inmensamente en mí. Según

sea vuestra fe, así serán las cosas que os sucederán. Nada es imposible para

quien tiene fe.

Nosotros queremos confiar inmensamente en ti. Por los méritos de tu

infancia ayúdanos a llevar una vida santa. Perdónanos nuestras culpas,

líbranos de los castigos que merecemos por nuestros pecados, y de todos los

peligros para el alma y cuerpo; concédenos aquellos favores que más

estamos necesitando, y después de una vida llena de paz, de alegría y de

buenas obras, llévanos a la gloria del paraíso, donde con el Padre, y el

Espíritu Santo, vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Jesús, José y María, bendecid nuestros hogares

Jesús, José y María, libradnos de todo mal

Jesús, José y María, -salvad nuestras almas. Amén. Aleluya.

Jesús manso y humilde de corazón, haz nuestro corazón semejante al

tuyo.

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Día segundo

La visitación

(Lectura del santo evangelio: Lucas 1)

El ángel dijo a María: “Isabel tu parienta ha

concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto

mes de la que era estéril, porque nada hay

imposible para Dios”. María entonces se puso en

camino y con rapidez fue a la montaña, a una

ciudad de Judá, y entró en casa de Zacarías, y

saludó a Isabel. Así que oyó Isabel el saludo de

María, dio saltos de placer el niño en su vientre.

¿De dónde a mí, que la Madre de mi Señor venga a

mi? “Dichosa tu que has creído porque se

cumplirán las cosas que se te han dicho de parte del

Señor”. Y dijo María: “Mi alma engrandece al

Señor, y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador, porque ha mirado la

humildad de su sierva, y por eso todas las generaciones me llamarán

bienaventurada, porque ha hecho en mi maravillas el Poderoso, cuyo

nombre es Santo”. María permaneció con Isabel como tres meses y se volvió

a su casa. Palabra del Señor.

Ejemplo: La imagen del Niño Jesús

En 1935 llega el Padre Juan a los terrenos del 20 de Julio, al sur de Bogotá,

una región muy solitaria y abandonada en aquellos tiempos. Le habían

prohibido emplear la imagen del Divino Niño Jesús de Praga porque una

asociación muy antigua reclamaba el derecho exclusivo de propagar esa

imagen.

El padre del Rizzo estaba convencido de que a Dios le agrada mucho que

honremos la infancia de Jesús, pues así lo ha demostrado con sus

innumerables y maravillosos milagros. Si otros niños son tan inocentes y

tan dignos de ser amados, ¿Cuánto más lo será el Divino Niño Jesús?

Además recordaba muy bien la promesa hecha por nuestro Señor a una

santa: “Todo lo que quieras pedir, pídelo por los meritos de mi infancia y

nada te será negado, si te conviene conseguirlo”. Así que no desistió de

propagar la devoción al Divino Niño pero, dispuso adquirir una nueva

imagen.

Se fue a un almacén de arte religioso llamado Vaticano, y le encargó una

imagen bien hermosa del Divino Niño. Le presentaron una imagen

bellísima, pero detrás del Niño había una cruz. Dijo con su modo

acostumbrado de chancear: “¿Tan chiquito y ya lo quiere crucificar?

Quítenle esa cruz y me lo llevo”. Le quitaron la cruz y el Padre llevó la

imagen para sus solitarios, desérticos y abandonados campos del “20 de

Julio”. Ahora empezaría una nueva era de milagros en esta región.

Esta es una de las imágenes más hermosas y agradables que han hecho de

nuestro Señor. Con los brazos abiertos como queriendo recibir a todos. Con

una sonrisa imborrable de eterna amistad.

Atrae la atención y el cariño desde la primera vez que uno lo contempla.

Allí a su alrededor se han obrado maravillosos favores, que para quien no

conozca los prodigios que obtiene la fe, parecerían fábulas o cuentos

inventados por la imaginación pero, para quienes recuerdan la promesa de

Jesús: “Según sea vuestra fe, así serán las cosas que te sucederán”, estos

favores son aceptados como el cumplimiento de la palabra dada por aquel

que prometió solemnemente: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras

no pasarán”. Y una de sus palabras han sido estas: “nada es imposible para

quien tiene fe”.

Práctica: Por amor a Dios callaré cuando estoy de mal genio, y

rezaré por los que me han ofendido

Gozos y Oración Final

 

Día Tercero

Nacimiento de Jesús

(Lectura del santo Evangelio: Lucas 2)

Salió un decreto del emperador Augusto ordenando hacer un censo del

mundo entero. Y todos iban a inscribirse, cada cual a su ciudad. También

José, que era de la casa y familia de David, subió desde la ciudad de Nazaret

en Galilea, a la ciudad de David, que se llamaba Belén, para inscribirse con

su esposa María que estaba encinta. Y mientras estaba allí le llegó el tiempo

de dar a luz, y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo

acostó en un pesebre porque no había sitio para ellos en la posada. Y en

aquella región habían unos pastores que pasaban la noche al aire libre,

viendo por turnos su rebaño. Y un ángel del

Señor se les presentó. La gloria del Señor los

envolvió y se llenaron de un gran temor. Al ángel

les dijo: “No temáis, os traigo una buena noticia,

la gran alegría para todo el pueblo: hoy en la

ciudad de David os ha nacido un Salvador, el

Mesías, el Señor. Y aquí tenéis la señal;

encontrareis un Niño envuelto en pañales y

acostado en un pesebre”. Y apareció una legión

de ángeles que cantaba: “Gloria a Dios en el cielo,

y paz en la tierra a los hombre que ama el Señor”.

Fueron los pastores y encontraron a María, a

José y al Niño acostado en un pesebre. Y cuantos les oían lo que contaban

los pastores, se maravillaban. Y María guardaba todo esto y lo meditaba en

su corazón. Palabra del Señor.

Ejemplo: Cómo se propagó la devoción al Niño Jesús

El padre Juan colocó la imagen del Divino Niño en un cobertizo o enramada

que había en los campos del “20 de Julio” y se dedicó a sacarle fotografías y a

mandar imprimir estampas que propagó por todo el país y hasta envió al

extranjero. Cada domingo narraba a la gente en las misas los milagros que

el Niño Jesús iba haciendo a sus devotos, y la devoción empezó a propagarse

como un incendio en un reguero de pólvora. De todas partes de la ciudad

llegaba gente los domingos a rezar al Niño Jesús. El gobierno tuvo que

prolongar la vía pavimentada hasta el “20 de Julio” (aunque era un sitio muy

despoblado) porque las empresas transportadoras de la capital señalaban

cada domingo un gran número de buses con este letrero: “20 de Julio”  y

todos viajaban repletos de peregrinos. Y empezaron a presenciarse hechos

que llenaban de emoción. Borrachos que dejaban el vicio de la embriaguez;

familias pobres que encontraban becas para el estudio de sus niños; hogares

sin hijos que obtenían del cielo la deseada prole; desempleados que hallaban

un empleo mucho mejor del que habían soñado; matrimonios felices que se

lograban; paz y reconciliación entre enemigos, etc. Los devotos narraban

favores que dejaban admirados a los demás. Los mejores propagandistas del

Niño Jesús (después del padre Juan que no se cansaba de ponderar a la

gente la bondad y generosidad del Divino Niño) eran los que habían

obtenido algún favor especial. Aquí se repetía la escena tan frecuente del

evangelio:

Cuando un necesitado obtenía un prodigio maravilloso de Jesucristo, por

más que el Señor le recomendase que no lo contara a nadie, le era imposible

callar tamaña gracia y se iba de persona en persona narrando las maravillas

recibidas de manos del Redentor. Es el cumplimiento de aquella orden que

el arcángel san Rafael le dio en la Santa Biblia a Tobías y en su persona a

todos nosotros: “proclamad ante todos los favores que Dios ha hecho.

Contad a los demás las obras maravillosas que hace el Señor. No seáis nunca

perezosos para dar gracias a Dios. Los secretos hay que guardarlos, pero los

favores recibidos de Dios hay que publicarlos y proclamarlos como se

merecen” (Santa Biblia, Tobías 12).

Práctica: Recordaré algún favor que he recibido de Dios y le daré

gracias y si me es posible lo narraré a alguna persona.

Gozos y Oración Final

Día Cuarto

La presentación de Jesús

(Lectura del santo evangelio: Lucas 2, 22s)

Cumplidos los cuarenta días de nacido, José y

María llevaron a Jesús al templo de Jerusalén

para presentarlo al Señor, según esta mandado

en la ley de Moisés: “Todo primogénito sea

consagrado al Señor”. Había en Jerusalén un

hombre justo y piadoso llamado Simeón. Le

había sido revelado por el Espíritu Santo que

no vería la muerte antes de ver al Cristo del

Señor. Movido por el Espíritu vino al templo y

al entrar los padres con el Niño Jesús para

cumplir lo que prescribe la ley, Simeón lo tomó

en sus brazos, y bendiciendo a Dios dijo:

“Ahora Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz,

porque mis ojos han visto a tu salvador, a quien has presentado ante los

pueblos, luz para alumbrar a las naciones, y gloria de tu pueblo Israel”. Su

padre y su madre estaban maravillados de las cosas que decía de él, Simeón

los bendijo y dijo a María, su madre: “Este niño está puesto para caída y

levantamiento de muchos en Israel y para signo de contradicción y una espada atravesará tu alma para

que se descubran los pensamientos de muchos corazones”. Palabra de Dios.

Día quinto

Los magos visitan al niño Jesús

(Lectura del santo evangelio: Mateo 2)

Jesús nació en el pueblo de Belén. Entonces llegaron a la ciudad de Jerusalén unos magos y preguntaron: ¿Dónde está el rey

de los judíos que ha nacido? Pues en el Oriente

vimos su estrella y hemos venido aquí para

adorarlo. Cuando el rey Herodes supo de esto,

se puso muy inquieto, y toda la gente de

Jerusalén también. Entonces el rey llamó a

todos los jefes de sacerdotes y les preguntó

dónde iba a nacer el Cristo. Ellos le dijeron: “En

Belén de Judá; porque el profeta lo escribió así:

“Belén, de ti saldrá el jefe de mi pueblo”.

Entonces Herodes llamó en secreto a los magos,

los mando a Belén y les dijo: “Vayan allá y

averigüen bien respecto a ese niño; y cuando lo

encuentren, avísenme, para que yo también vaya a adorarlo”. Los magos se fueron, y entonces, la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que por fin se detuvo sobre el lugar donde estaba el Niño.

Cuando los magos vieron la estrella, se alegraron mucho; y al entrar en la casa, vieron al Niño con María, su madre. Entonces se arrodillaron y adoraron al Niño. Luego abrieron sus cajas y le regalaron oro, incienso y mirra. Después, advertidos en sueños de que no debían volver a donde estaba Herodes, regresaron a su tierra por otro camino. Palabra del Señor.

Ejemplo: – El día en que el Niño Jesús llegó a su nuevo Templo

El 27 de Julio del 1942 fue consagrado el nuevo templo del Niño Jesús en Bogotá. La consagración la hizo el más famoso prelado de la nación en ese entonces, Monseñor Juan Manuel González Arbeláez, arzobispo coadjutor de Bogotá. A las 8:30 de la mañana se celebró por última vez la santa misa en el antiguo cobertizo del campo y luego la inmensa multitud emprendió la procesión cantando y rezando, alrededor de la imagen del Divino Niño. Allí andaban juntos orando los ricos y los pobres los conservadores y los liberales. Los principales señores de la ciudad se disputaban el honor de llevar por buenos ratos las andas donde iba la sagrada imagen. El Divino Infante con su túnica rosa, su ceñidor azul, sus brazos abiertos, y llevando junto a sus pies el lema: “YO REINARÉ”, recorría majestuoso las calles repletas de los devotos fervorosas. Parecía llevado, no en hombros humanos sino bogando sobre un mar de cabezas. La multitud lo vitoreaba y batía pañuelos a su paso. Los buses llegaban casi prendidos unos a otros. Las filas de automóviles eran interminables y entre tanto gentío no se notaba desorden alguno. Más de 60,000 devotos llegaron aquel día a tan apartado sitio del extremo de la ciudad. Era un espectáculo imponente y conmovedor. La mayor parte tuvo que contentarse con saludar la imagen del Divino Niño al verla pasar, porque al templo era casi imposible entrar.

Su capacidad es para 3,000 personas y allí había 60,000.

La santa misa se transmitía por altoparlantes hacia la plaza y cuando un grupo de personas abandonaba el templo, una nueva y grande marejada humana llenaba de nuevo el sagrado recinto. Durante todas las horas del día fue continua la romería. La linda imagen del Niño Jesús recibía homenaje del pueblo bogotano que iba a postrarse a las plantas de su Rey para depositar allí la historia de sus pesares, contarle sus angustias, pedirle, darle gracias y bendecirlo por sus continuos y formidables favores.

La prensa capitalina habló ampliamente de estas festividades y los devotos del Divino Niño volvieron a sus casas llenos de emoción y entusiasmo. Pero, el que más alegría sintió fue el padre Juan que veía terminada la obra del templo al cual le había dedicado cuatro años de trabajo día por día y hora por hora. Esa noche antes de irse rendido al descanso, estampó un beso afectuoso a la sagrada imagen y le gritó lleno de emoción: “Gracias Niño Jesús” (El siempre empezaba y terminaba cada día dándole un beso a la estampita del Niño Jesús que llevaba en su libro de rezos)

 

Práctica: Entraré en un templo y haré una visita a Jesús Sacramentado.

Gozos y Oración Final

Gozos y Oración Final

Día sexto

El Niño Jesús en el templo

(Lectura del santo evangelio: Lucas 2, 40s)

El Niño Jesús crecía y se fortalecía lleno de sabiduría, y la gracia de Dios

estaba en Él. Sus padres iban cada año a Jerusalén en la fiesta de Pascua.

Cuando tenía 12 años, subieron a la fiesta, según costumbre, y cuando

terminó se volvieron, pero el Niño Jesús se

quedó en Jerusalén, sin que sus padres se

dieran cuenta. Pensando que estaba en la

caravana, anduvieron camino de un día.

Buscáronle entre los parientes y conocidos y

al no hallarle se volvieron a Jerusalén en busca

suya. Al cabo de tres días lo hallaron en el

templo, en medio de los maestros,

escuchándoles y haciéndoles preguntas; todos

los que lo oían quedaban asombrados de su

talento y las respuestas que daba. Cuando sus

padres le vieron quedaron sorprendidos y le

dijo su madre: “Hijo, ¿Por qué nos has tratado

así? Mira que tu padre y yo te hemos buscado angustiados”. Él les contestó:

“Por qué me buscaban? ¿No sabían que ya debía estar en la casa de mi

Padre?”. Pero ellos no comprendieron lo que les quería decir. Él bajó con

ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto

en su corazón. Palabra del Señor.

Ejemplo: La Señora que prometió y no quiso cumplir

Vino una señora llorando a contar al padre Rizzo en el templo del Divino

Niño: “Padre Juan, se me fugo la sirvienta y se llevó mi cartera con

$1000.00”. El Padre le dijo: “empecemos a rezarle al Niño Jesús y si le

aparece la cartera, usted en acción de gracias le regalará la décima parte de

esos mil pesos para los pobres. O sea, le ofrece cien pesos”. La señora

aceptó. La sirvienta regresó arrepentida, con la cratera y los mil pesos.

Pero la señora le pareció demasiado darle cien pesos al Niño Jesús para los

pobres y solamente trajo $10.00. El Padre le gritó disgustado que no fuera

maleducada con Dios. Que a nuestro Señor no se le regalan las sobras. Que

lo que no cuesta no obtiene premio del cielo, y le aviso muy serio: “No le

haga más promesas al Niño Jesús porque no le sabe regalar a El sino las

sobras de su cartera, y Dios no acepta que le regalemos basura”. Al final de

año, se fuga una vez más la sirvienta. Esta vez se lleva $5000.00. La señora

viene llorando a hacerle promesas al Divino Niño, pero el padre Juan le dice

claramente: “Su dinero ya nunca aparecerá porque la vez pasada le jugó

tramposamente al Niño Jesús. Con Dios no se juega. El que quiera jugar

con Dios pierde todas las veces”. Y cuatro años después todavía el Padre

repetía: “La señora tacaña no ha recobrado el dinero y no lo recobrará. No

quiso dar cien pesos para los pobres y perdió $5000”.

Práctica: Tendré para mis familiares o los que vienen en mi casa,

algún detalle que les demuestre mi simpatía y aprecio.

Gozos y Oración Final

Día séptimo

El juicio final

(Lectura del santo evangelio: Mateo 25, 31)

Dijo Jesús: “Cuando venga en su gloria el Hijo del

hombre y todos los ángeles con Él, se sentará en el

trono de su gloria y serán reunidas ante Él todas las

naciones. Él separará a unos de los otros como un

pastor separa las ovejas de las cabras. Y pondrá las

ovejas a su derecha y las cabras a su izquierda.

Entonces diré el rey a los de la derecha: ‘Venid

benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la

creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed, y

me disteis de beber, fui forastero y me hospedasteis, estuve desnudo y me

vestisteis, enfermo y me visitasteis, en la cárcel y me visitasteis’. Entonces

los justos le contestarán: ‘Señor, ¿cuándo te vimos con hambre y te

alimentamos, o con sed y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y

hospedamos o desnudo y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la

cárcel y fuimos a verte? Y el rey les dirá: ‘Os aseguro que cada vez que lo

hicisteis con uno de estos, mis humildes hermanos, conmigo lo hicisteis’.

Y entonces dirá a los de la izquierda: ‘Apartaos de mí, malditos, id al fuego

eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me

distes de comer, tuve sed, y no me disteis de beber, fui forastero y no me

hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no

me visitasteis’. Entonces también ellos contestaran: ‘Señor, ¿Cuándo te

vimos con hambre, y sed, o desnudo o enfermo o en la cárcel y no te

asistimos? Y Él contestará: ‘Os aseguro que cada vez que no lo hicisteis con

uno de estos humildes, tampoco lo hicisteis conmigo’ Y estos irán al castigo

eterno, y los justos a la vida eterna”. Palabra de Dios

Ejemplo: Los diálogos del Padre Juan con el Niño Jesús

El padre Juan del Rizzo (1882-1957), el sacerdote salesiano de Italia que

propagó la devoción al Divino Niño en Colombia, charlaba con él, frente a

su imagen como el más bueno de los amigos. Cada noche, antes de irse a

descansar se quedaba un rato de pie frente a la imagen del Divino Niño y

luego le decía: “Hasta mañana, si es que das permiso de que nos veamos de

nuevo acá en la tierra. Si no…en el cielo”. A altas horas de la noche los

religiosos salesianos escucharon varias veces la voz fuerte del padre Juan

hablándole al Niño Jesús en su imagen del templo. Algunas veces se

acercaron sin que él se diera cuenta y lograron escuchar lo que decía: “Niño

Jesús, hace meses que te estoy pidiendo empleo para aquel pobre hombre

que no tiene con que mantener a su familia. Y tú no se lo concedes. ¿Y a ti

que te cuesta concedérselo? Tu lo puedes todo. ¡Si te fuera difícil esto yo no

te lo pediría tanto!” Otras veces decía: “Niño querido: tu me prometiste que

trabajaríamos en compañía, pero mira que o tengo con que pagar un

montón de gastos que se me están presentando. Estoy saltando matones

para poder reunir los 2,000 vestidos para los niños pobres en Nochebuena,

en tu cumpleaños”. Otra noche exclamaba: “Chinito Lindo: mira que si no

haces estos milagros que te están pidiendo la gente no va a venir mas a

rezarte. Mira que esto es obra totalmente tuya. Yo apenas soy tu mendigo

de pan y chocolate”. Los religiosos le preguntaban después con confianza:

“Y si le hizo el Niño Jesús los milagros que le estaba pidiendo?”, y el

respondía: “Claro que sí los hizo, y aun mayores, porque Él tiene  poder y

bondad para darnos mucho más de lo que nos atrevemos a pedir y desear”.

Él siempre se pasa de bueno. Pero a ratos hay que hablarle durito,

importunarle y necearle, porque se hace el que no oye. Y los salesianos

pensaban: “¡qué gran confianza le tienen los santos al buen Dios!”. Y sentían

que les seguían zumbando provechosamente en sus oídos aquellas palabras

suyas a Jesús, tan ciertas y tan consoladoras: “¿A ti que te cuesta hacer

milagros? ¡Tú lo puedes todo!

Práctica: Haré un acto de Fe pensando en mi corazón: “Todo lo

puedo en Cristo que me fortalece. Todo es posible para quien tiene Fe”.

Gozos y Oración Final

Día octavo

El rico y el pobre

(Lectura del santo evangelio: Lucas 16, 19s)

Dijo Jesús: “Había un hombre rico que vestía de purpura y lino fino

celebrando cada día espléndidos banquetes. Un pobre de nombre Lázaro,

estaba echado a su puerta, y deseaba hartarse de lo que se caía de la mesa

del rico, y hasta los perros venían a lamerle las ulceras. Sucedió pues que

murió el pobre y fue llevado por los ángeles al cielo junto a Abrahán. Y

murió el rico y fue sepultado. Estando en el hades en el tormento, levantó

los ojos y vio a Abrahán desde lejos y a Lázaro junto a el. Y gritando dijo:

“Abrahán, ten piedad de mi, envía a Lázaro para que con la punta de su

dedo mojado en agua, refresque mi

lengua, porque estoy atormentado en

llamas”.

Dijo Abrahán: “ Hijo,

acuérdate de que recibiste ya tus

bienes en la vida, y Lázaro recibió

males, y ahora él está aquí consolado

y tu eres atormentado. Además entre

ustedes y nosotros hay un gran

abismo, de manera que los que

quieran atravesar de aquí a ustedes

no pueden ni tampoco pasar de ahí a

nosotros”. Y dijo: “Te ruego Padre, que siquiera le envíes a casa de mi padre,

porque tengo cinco hermanos, para que les advierta a fin de que no vengan

también ellos a este lugar de tormento”. Y dijo Abrahán: “Tienen a Moisés

y a los profetas que los escuchen”. Y él dijo: “No Padre Abrahán, pero si

alguno de los muertos fuese a ellos harían penitencia”. Y le dijo: “Si no oyen

a Moisés y a los profetas, tampoco se dejarán convencer ni de un muerto

resucitado”. Palabra del Señor.

Ejemplo: – Favores especiales del Niño Jesús

Un día el padre Juan le dijo a monseñor Tejeira: “Pídale un milagro al Niño

Jesús”. El obispo le dijo: “No me atrevo a pedirle milagros porque soy un

pecador”. Y el padre Juan le dijo: “Yo soy más pecador y le pido milagros y

los obtengo, porque Jesús prometió milagros no a los que sean santos, sino a

los que tengan fe”. Él dijo “Según sea tu fe, así serán las cosas que te

sucederán”. En verdad que sí obtenía milagros. Veamos tres casos:

1.- Cuando fue a Italia, su tierra natal. Después de 20 años de estar en

América, se propuso repartir novenas y estampas del Divino Niño y

recomendar esta devoción. Para ver si en verdad era efectiva la oración del

Divino Niño Jesús lo llevaron al hospital de su pueblo natal y le

encomendaron una joven que estaba agonizando. Empezó una novena al

Divino Niño con todos los familiares de la enferma, y a los pocos días, con

gran admiración de los médicos, la joven estaba totalmente sana.

2.- El sabía que el Niño Dios nunca le fallaría. Una noche le comunicaron

que al día siguiente tenía que pagar una deuda de mil dólares y no tenía

dinero. Se dirigió al templo y le contó al Divino Niño y se fue a dormir

tranquilo. Por la mañana siguiente al abrir una carta encontró un cheque

por mil dólares que le enviaban del extranjero, y con los ojos brillantes de

alegría exclamó: “Este Niño Jesús no falla ni una”.

3.- Tenía el padre Juan enormes deudas por los gastos del Santuario. Vino

un juez a contarle que estaba perdiendo un gravísimo pleito. “Ofrézcale el

Niño Jesús una suma bien grande para los pobres y yo pongo a mis niños a

rezarle”, fue la respuesta del padre. A los pocos días viene el juez a narrarle

feliz que el contrincante le había pedido que se arreglaran por las buenas y

así había logrado salvar la finca de $300,000. Y le trajo de limosna una suma

bien alta para sus pobres y para las deudas del santuario.

Práctica: Apartaré ropas en muy buen estado o alimentos para los

pobres y a la primera ocasión visitaré una familia necesitada o algún

enfermo.

Gozos y Oración Final

Día noveno

El Hijo de Dios

(Lectura del santo evangelio: Juan 1)

Al principio ya existía el Hijo de Dios y el Hijo estaba junto a Dios, y el Hijo

era Dios. Todo se hizo por El; y sin El no existe nada de lo que se ha hecho.

El era la vida y la vida era la luz de los hombres. Y

la luz brilla en las tinieblas, y las tinieblas no la

pudieron vencer. El mundo fue hecho por el Hijo

de Dios. Él es la luz verdadera que alumbra a todo

hombre que viene a este mundo. Vino a su casa y

los suyos no lo reconocieron. Pero a todos los que lo

reciben les da poder de llegar a ser hijos de Dios.

Y el Hijo de Dios se hizo hombre y vivió entre

nosotros, y hemos visto su gloria, que recibe del

Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad.

Palabra del Señor.

Ejemplo: Dos mujeres en casos difíciles

1-Una joven deseaba casarse con un señor muy rico, pero la familia de el

se oponía totalmente, Consulto al padre Juan. Su consejo fue: “Hágale

los nueve domingos al Niño Jesús y ofrézcale para después de casada

una limosna grande para los pobres”. Al final de los nueve domingos se

arreglo todo y se efectuó el matrimonio. Pero la nueva esposa no dio

nada que valiera la pena para los pobres. Y el hogar empezó a

desbaratarse. Pelea tras pelea. Y vino llorando a consultar al sacerdote.

“Ah, ¿es que usted cree que con el Niño Dios se puede jugar y ganar? Le

dio un esposo rico y usted negó una ayuda para sus padres. No espero

que el Niño Jesús le ayude si no le cumple lo que le prometió”. La joven

esposa empezó a traer cantidades de chocolate y ropas nuevas para las

gentes más necesitadas, y el hogar cambio como por milagro y renació

la paz.

2-Una bienhechora agonizaba en el hospital destrozada por un camión.

El padre Juan va a visitarla: “Padre, bendígame para morirme”. “No

señora, usted no se puede morir todavía”. ¿Por qué lo sabe?, “Porque

tengo a los niños pobres rezándole al Niño Jesús y a la Virgen

Auxiliadora. ¿Usted cree que 400 rosarios se van a quedar sin ser

escuchados? Además, el Niño Jesús la necesita para que ayude a los

pobres. Estoy engordando un cordero y lo comeremos en una gran

fiesta con usted y los niños pobres el día que salga curada”. Y así

sucedió, el Divino Niño le devolvió la salud y la fiesta del convite con el

cordero fue alegrísima y la señora bailaba y saltaba después de haber

estado en el hospital hecha pedazos.

Práctica: Pediré perdón a Dios por mis pecados y haré el

propósito de enmendarme de aquella falta que más cometo.

Gozos y Oración Final…

Divino Nino

 

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