Gerenciar es conocerse a sí mismo

Entrevista

La rentabilidad depende de la sostenibilidad, y la responsabilidad social no es solo parte de una estrategia empresarial, es una actitud frente a la vida. Tal es el pensamiento de Carlos Raúl Yepes, Presidente de Bancolombia, que aplica tanto en la organización que lidera, como en su entorno personal, familiar y social.

Carlos Raúl Yepes es un líder sensible, que busca reafirmar los valores en cada una de sus acciones, tanto profesionales como personales. Afirma que la gerencia de una organización comienza por gerenciarse a sí mismo. Todos estos y otros conceptos han sido el cimiento de la gestión que aplica en la organización que preside, para hacerla “más cercana, cálida, incluyente y respetuosa”.

 

Como líder, ¿de dónde viene ese humanismo, a qué o a quién se lo debe?

Uno es fruto y resultado de muchas cosas, de su familia, de sus amigos, del colegio, de la universidad. En el caso mío, quienes más han influido en mi forma de ser y de actuar son mi madre y mi padre. Mi formación, en el colegio, viene de los jesuitas. Por eso, mi sensibilidad está muy definida, proviene de pensar en los demás permanentemente. La realización en la vida se logra al ser más para servir mejor, y eso se vuelve un hábito.

Soy el mayor de cinco hermanos; mi padre murió, pero nosotros seguimos compartiendo como familia, me doy tiempo para ellos, también para conversar conmigo mismo. Todos nos apoyamos, igual con mi esposa y mis dos hijos, María Luisa y Santiago, que son mi sosiego.

¿Por qué conversa consigo mismo?

Me gusta. Es algo que me quedó del estudio de los jesuitas, y se relaciona con lo que ellos llaman “el examen general”, que se hace al final del día; es una forma de actuar.

No es posible gerenciar y liderar a los demás si no lo hacemos con nosotros mismos y si no nos conocemos. Por eso es tan importante para mí el balance económico, social y personal. Permanentemente debe haber una reflexión sobre la forma como actuamos frente a los demás, como los colegas, la familia, los amigos etc.; evaluar si se está haciendo con respeto y consideración. Esa es la gerencia de uno mismo. Así se aprende a tener control de las emociones.

¿Un recuerdo especial que haya marcado esa niñez?

Mi padre, que fue Director del Conservatorio de la Universidad de Antioquia, era un librepensador muy amable, y eso nos marcó. Él decía que cuando se hablara de alguien en la casa era para hablar bien. También viajamos mucho en familia y aprendimos a disfrutar juntos. La vida es una transmisión de historias y de valores, como el respeto por los demás, y me considero muy afortunado de haber obtenido esto de mi familia, y por eso tengo una excelente comunicación con ella.

¿Cuál cree usted que es la razón que lo llevó a convertirse en el Presidente de una de las entidades financieras más grandes del país?

La palabra clave es disciplina y responsabilidad, además de coherencia. Uno siempre se prepara académicamente, y la vida laboral nos da la experiencia, pero tanto en la una como en la otra la disciplina tiene que estar presente.

Nunca me propuse ser el Presidente de Bancolombia. Donde he trabajado anteriormente siempre me he considerado un soldado, al servicio de las empresas, de mis colegas, de quienes están alrededor. Siempre he disfrutado mi labor.

¿Qué tan importante es la espiritualidad para usted?

Absolutamente importante, y es parte de lo que estamos haciendo en el grupo Bancolombia. Cuando hablamos de una banca más humana, nos referimos a entender que el ser humano tiene una dimensión espiritual. Muchas veces uno cree que cuando está trabajando está en una dimensión económica y laboral; la verdad, en la entidad no decimos que vamos a trabajar, sino a vivir. Entonces, si es así, hagámoslo bien. Por eso, propiciamos espacios, ambientes y lugares de trabajo agradables.

¿Cómo se vive la sostenibilidad en la entidad?

La sostenibilidad para nosotros va más allá de la estrategia, es una forma de vivir y de actuar. Es parte del ADN y de nuestra cultura. Debe ser un propósito común. En la organización decimos que queremos una empresa en crecimiento, rentable, eficiente y sostenible, y nos basamos en las personas para que esto suceda. No los vemos como actores económicos sino como actores de la sociedad. Somos conscientes de que la cultura no cambia de un día para otro. Por eso hay que generar un lenguaje común, una comunicación clara y oportuna y que todos estemos listos para que eso suceda. No solo formular la estrategia sino que se ejecute.

¿Es cercano el sector financiero al cliente?

En este aspecto, hay que tener un proceso de autocrítica y autorreflexión. Yo creo que no. Se está cambiando, es cierto, pero todavía falta mucho por que esto sea así.

Yo me formulé algunas preguntas: ¿por qué es tan frío el sistema financiero, por qué es tan lejano, por qué es tan excluyente, por qué irrespeta tanto? Y las respuestas me llevaron a importantes objetivos, porque decidimos que íbamos a ser cercanos, cálidos, incluyentes y respetuosos.

Nosotros, desde la entidad, como actores de la sociedad y de la economía, quisiéramos tener un país económicamente próspero, ambientalmente saludable y socialmente inclusivo. Estos tres ámbitos son el motor de la responsabilidad nuestra para devolverle a la sociedad la riqueza que nos entregan; no nos vemos como un órgano aislado sino como un ser vivo, parte de un ecosistema ecológico y económico, donde la estrategia, la cultura y la estructura están orientadas a alcanzar esos logros y propósitos.

¿Desde cuándo y cómo empezó a involucrar la triple cuenta de resultados en su gestión?

La sensibilidad, la presencia de lo social, la consideración por el otro y por la dignidad de las personas, son valores que se volvieron parte de mi ADN y están presentes en todas mis actuaciones, sean personales o laborales.

A mí me presentan muchos proyectos, y generalmente están asociados a la rentabilidad cuantitativa. Algunos pueden ser buenos en lo económico, pero si no lo son también en lo social o lo ambiental, no son rentables para nosotros. La responsabilidad nuestra es cuantitativa y cualitativa; la rentabilidad cualitativa es la reputación y la confianza que nos tienen. Esa es una actitud frente a la vida, que adquirí cuando trabajaba en cementos Argos y que ahora estoy aplicando en el grupo.

Muchos creen que nuestra mayor responsabilidad es hacer dinero. Es una, pero no la única.

¿Cuál es su reto más importante como presidente de Bancolombia?

Que el grupo sea sostenible y que perdure con sus valores y con su forma de actuar y de responder a la sociedad.

He tenido la oportunidad de trabajar en el Banco Industrial Colombiano (BIC), estuve también en Argos y ahora en Bancolombia, y encuentro una coincidencia de valores y de gobierno; eso es precisamente lo que estamos entregando a la sociedad. Es un propósito común desde la cultura interna, y los valores son los mismos: transparencia, buen gobierno y respeto por los demás.

¿Cómo exhortar a otras organizaciones, presidentes o líderes a que asuman estos conceptos?

Yo les pido que le encuentren valor a querer hacer sus empresas sostenibles y perdurables; que haya convicción. Adquirir esta cultura es un proceso que pasa por tres etapas: una de resistencia, una de resignación y otra de convicción; hay que estar constantemente convencidos de ello, que no sea un discurso vacío. Una vez se logra, es necesario ser coherentes entre lo que se dice y lo que se hace, y la mejor forma de hacerlo es comprometiendo a toda la organización.

Cuando se tiene un propósito común, lo primero que se debe hacer es propiciar una agenda de cambio para lograr una transformación cultural, la cual empieza por cada persona, para que todos seamos capaces de transformar la organización y, asimismo, la sociedad.

¿Qué tanto estos principios y valores tienen que ver con los resultados económicos que ha alcanzado el grupo?

Estoy seguro de que los resultados de Bancolombia, más que una cifra, son producto de algo bien hecho. Hemos logrado establecer un lenguaje, lo hemos vuelto cultura, tenemos buena comunicación, y hay un compromiso de toda la organización para lograr lo que nos proponemos. La organización se vuelca a esto, le gusta, lo disfruta y lo hace parte de su día a día.

¿Cómo es el apoyo de la Junta Directiva en estos temas?

La apuesta de Bancolombia por una banca más humana tiene el compromiso unánime y definido de toda su Junta Directiva.

En el grupo le hemos dado, si no el mismo, el mayor estatus al informe social frente al económico. Yo invitaría a los accionistas a que antes de mirar lo económico, observen cómo se construyó una cifra económica y de dónde vino. Otro punto es cómo hacerlos parte del reporte, cómo los convencemos de que rentabilidad y sostenibilidad son compatibles. Que la primera viene de la segunda.

¿Cuál sería una buena idea para que Colombia sea una nación sostenible?

Nación no es Estado, es un conjunto de valores y de historia que nos identifica y tenemos en común los colombianos. Por eso, necesitamos una agenda de futuro común, donde no solo haya temas cuantitativos y tangibles sino cualitativos e intangibles. La idea para mí es que la sociedad civil construya una agenda como nación. Algo no tan extenso, podrían ser diez valores a los que la sociedad colombiana le quiera apuntar como nación, reconociéndonos cultural e históricamente.

 

pata isabella

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