Aniversario de Cali capital de la salsa

Lo que en palabras de Carlos Estacio, bailarín profesional de salsa y campeón del mundo el año 2000 en Miami, en los años 70 y 80 era un ‘no se qué’ es lo que hoy por hoy, identifica a Cali ante el mundo, es el ‘Estilo de Baile Caleño’ creado por Evelio Carabalí, hijo de un tulueño desplazado a Cali por la crítica situación política de mitad de siglo XX, en Colombia.
Esa forma de danzar, de sentir la música y llevarla a movimiento corporal por parte de Evelio y otros tantos bailadores caleños, cuando cualquier cumpleaños, primera comunión, asado o reunión era la excusa perfecta para ‘Azotar baldosa’ como se solía llamar a lo que ahora cocemos con el simplemente calificativo de bailar, fue dando forma y porque no también fondo, a lo que cuatro décadas más tarde Cali, Colombia y el mundo iba a conocer como el ‘estilo de baile caleño’.

La manera de interpretar los ritmos antillanos (que en New York decidieron bautizar como salsa), por parte de caleños, ha ido superando fronteras no solo territoriales sino también de exclusión, “el baile de la salsa era considerado un tema exclusivo de la población pobre, de los habitantes de barrios populares, discriminados por la alta sociedad de la época” dice Carlos Estacio, quién declara que hoy la salsa de Cali se ha tomado eventos y espacios antes impensados. Ojala hubiéramos tenido lo que hoy se tiene, declara Evelio Carabalí, la tecnología y el apoyo decidido del Estado han impulsado el estilo de baile caleño.

Pero esto de lo cual como caleños ya nos hemos apropiado, en el mundo apenas se está conociendo en su verdadero formato, el estilo de baile caleño, según Luz Aidé Moncayo, es bailar con sentimiento, con agilidad a la hora de mover los pies, pareciese que se bailara con rodachines, y tiene su mayor fuerza de la cintura para abajo, “El baile es jugueteo de manos, de ojos, donde el hombre conduce y la mujer se deja llevar, es un coqueteo, porque el caleño no marca con la clave, marca con un de los instrumento o hasta con la voz”, indicó.

La evolución del baile, ha sido un proceso arduo, de persistir, de no decaer, dice Alirio Montezuma, director de la escuela Constelación Latina, fundada en el año 2000, quién cuenta que durante mucho tiempo el baila en las discotecas de Juanchito, en donde al bailarin no se le pagaba, sino que los asistentes le tiraban la plata a la pista, ahora estamos organizados en escuelas, asociaciones y cobramos por nuestras presentaciones.

Como todo proceso la consolidación del estilo de baile caleño ha tenido sus crisis y el camino no ha sido color de rosa, en los 90 tuvo su mayor dificultad, que incluso llevo a que un gran número de bailarines emigraran de Cali hacia otras latitudes, ocasionada por la llegada de la salsa romántica o salsa de alcoba, relata Luís Eduardo Hernández ‘El Mulato’ a quién el Festival Mundial de Salsa en su octava versión rinde homenaje, como símbolo mundial del bailarín caleño. “fuimos pocos los que durante esos años tuvimos la fuerza de quedarnos y mantener el estandarte, porque que se le baila a una canción de salsa romántica, pregunta, pero allí estuvimos y ahí que destacar la propulsión que nos dio la novela ‘Azucar’ del maestro Carlos Mayolo, porque nos reunimos 8 bailarines y empezamos a viajar”.
Ya hacia el año 2000 empiezan a crearse las escuelas de salsa, empieza la organización comunitaria, en las casa comunales se crean grupos y los bailarines comienzan a ganar campeonatos de salsa en todo el mundo, Cali a través de acuerdo comunitario declara la el baile de la salsa como patrimonio cultural de la ciudad y en el año 2006 nace el Festival Mundial de Salsa de Cali, que reune a la más de 50 escuelas de baile organizadas en las tres asociaciones de salsa de Cali.

 

 

 

 

 

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